El sonido de nuestras ciudades

Cómo el ruido contamina nuestras ciudades y amenaza nuestra salud, y lo que podemos hacer al respecto
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Diferentes sonidos dan forma a las ciudades del mundo. Cada una tiene un sonido característico, el cual no siempre es placentero. Las aglomeraciones urbanas luchan cada día más con la contaminación sonora. Se ha demostrado que esto tiene consecuencias negativas significativas para la salud, la seguridad y la calidad de vida en general. Por esta razón, como el mundo se está volviendo un lugar cada vez más urbanizado, se necesitan soluciones inteligentes para combatir el ruido.

Cada ciudad tiene una banda sonora

De este a oeste y de norte a sur, las bandas de sonido de las ciudades son tan particulares como sus habitantes. Mientras que en Lisboa, el tranvía se lleva las miradas, en Londres, el metro de la ciudad ruge bajo tierra. Nueva Jersey está más influenciada por el ruido del tráfico que Nueva York, en donde las voces humanas contribuyen particularmente al sonido urbano. Cuando visitamos ciudades antiguas como Roma o Madrid, la música acompaña a las voces.

Hace algunos años, un grupo de investigadores creó un mapa de 12 ciudades de los EE. UU. y Europa para mostrar qué sonidos conforman el sonido de cada lugar y qué emociones evocan. Chatty maps permite tomar un paseo acústico por Londres, Washington, o Barcelona, entre otras ciudades. Se puede hacer clic en cada calle individualmente y acceder a la información: en la Rambla, por ejemplo, el ruido del tráfico y de los edificios solo compone alrededor del 20% del total. Más del 30% proviene de las voces humanas, casi un 27%, de los sonidos naturales, y cerca del 23%, de la música; sonidos que despiertan confianza, alegría y anticipación. Sin embargo, en el Canal Bank Drive, en Chicago, predominan el miedo, el enojo y la tristeza, desencadenados por el 99% de los sonidos, que provienen del tráfico.

Las ciudades más ruidosas y más silenciosas del mundo

Las ciudades no solo se diferencian en términos de sonidos típicos. El nivel de ruido también varía considerablemente, como lo muestra un estudio global, llevado a cabo tras el Día mundial de la audición 2017, con más de 200.000 participantes. Los resultados se compilaron en el Índice mundial de audición: La capital de Suiza, Zúrich, tiene la menor contaminación sonora. Guangzhou, en China, tiene la más alta.

El ruido urbano daña la audición

De acuerdo con la OMS, la contaminación sonora supone un riesgo para nuestra salud y nuestro bienestar. Cada día afecta más a la vida diaria en la escuela, el trabajo y el hogar.

¿Qué es la contaminación sonora?

El ruido es omnipresente en las ciudades. Si se nos expone al ruido regularmente y durante un período más extendido, esto acarrea consecuencias negativas para la salud. Hasta 70 decibeles es un nivel inofensivo, incluso durante períodos largos. Pero 85 decibeles durante un período de unas ocho horas por día, se vuelven peligrosos. En una ciudad, suele ser casi imposible distanciarse del ruido: si vives o trabajas cerca de una calle transitada, te expones a un ruido de 85 decibeles gran parte del día.

Las siguientes fuentes generalmente contribuyen con la contaminación sonora:

  • el sonido del tráfico de los autobuses, los trenes, las ambulancias y también los peatones
  • las operaciones aeroportuarias
  • la operación de una estación
  • ruidos industriales
  • ruido de una obra en construcción
  • música fuerte en conciertos y las áreas circundantes
  • otros ruidos en eventos, como fuegos artificiales
  • ruidos del lugar de trabajo, como en oficinas abiertas
  • ruidos del vecindario: ruido de TV, radio, lavarropas, aspiradoras, aires acondicionados, cortadoras de césped, etc.

Riesgos para la salud

Se ha demostrado que el ruido pone en peligro nuestra salud de muchas maneras. Los problemas creados o empeorados por la contaminación sonora incluyen:

  • presión arterial alta
  • trastornos cardiovasculares
  • trastornos del sueño
  • irritación ante el ruido
  • trastornos de desarrollo en niños y niñas
  • enfermedad mental, como depresión
  • demencia

El ruido y la pérdida de la audición están vinculados

El estudio de 2017 mencionado anteriormente también sugiere una conexión directa entre la contaminación sonora en las ciudades y la pérdida de la audición. Existe una correlación del 64%. Las personas que viven en áreas metropolitanas pueden asumir que su capacidad auditiva no se condice con su edad real. Por ejemplo, las mujeres de Londres tienen la audición de una persona 15,5 años mayor, y los hombres tienen una diferencia de 14 años. Mientras los vieneses disfrutan de una audición comparativamente buena, a muchos residentes de Nueva Delhi los afecta la pérdida de la audición.
De acuerdo con la ONU, nuestro mundo está cada día más urbanizado. Se espera que un poco más del 65% de la población mundial viva en ciudades para el 2050; actualmente, ya es el 55%. Cuantas más personas se muden a las ciudades y más zonas rurales se urbanicen, más urgente se volverá la pregunta: ¿Cómo podemos hacer que nuestras ciudades sean más saludables, seguras y placenteras?

Pérdida de la audición en la ciudad: un riesgo para la seguridad

La capacidad auditiva y la seguridad personal van de la mano, sobre todo en las ciudades grandes. Las amenazas suelen percibirse de manera acústica antes de verlas. Esto incluye autos, motocicletas y bicicletas, o una persona potencialmente amenazante que se aproxima. Solamente oír no es suficiente, necesitamos una buena audición para filtrar los diferentes sonidos del ruido ambiente urbano. En primer lugar, una audición equilibrada nos permite identificar la dirección de la que vienen los ruidos amenazantes. En segundo lugar, podemos estimar a qué distancia está la fuente del ruido. Las personas que solo oyen (bien) de un oído no tienen esta ventaja y están expuestos a un riesgo mayor.

La seguridad personal no es más que un aspecto; el otro es la diversidad acústica, sin la cual las personas con pérdida de la audición se tienen que arreglar a diario. Por ejemplo, a causa del ruido ambiente, ya no pueden percibir los sonidos naturales, los cuales ya son escasos, como el piar de los pájaros o el viento en las copas de los árboles. Y se ha demostrado que estos sonidos son beneficiosos para la salud. También se pierden de las conversaciones entre otras personas, que es lo que hace que un paseo por la ciudad sea realmente fascinante.

La reducción del ruido es esencial

De acuerdo con la OMS, la pérdida de la audición afecta a más de 430 millones de personas. Si el pronóstico se comprueba, será el doble dentro de 30 años, en parte a causa de la contaminación sonora en las ciudades. Supongamos que queremos evitar esto y garantizar la seguridad y la salud de la población. En ese caso, debemos desarrollar conceptos concretos para la reducción del ruido en las ciudades.

Desafortunadamente, las políticas globales contra el ruido son relativamente débiles, como por ejemplo, en los EE. UU. y Gran Bretaña. De acuerdo con una Directiva sobre el ruido ambiental, la UE está buscando estrategias basadas en la identificación de los ruidos que hay que combatir. Además del ruido de los aviones y del vecindario, también hay que agregar el ruido de las carreteras y los trenes. Las medidas correspondientes incluyen aplacar el tráfico a través de restricciones de velocidad, la implementación de zonas de peatones, y calles de juego o medidas estructurales como la pavimentación parcial o los reductores de velocidad. Las barreras acústicas en calles principales transitadas y en vías de ferrocarril se están usando cada vez más.

Los materiales de construcción modernos ofrecen más posibilidades: el asfalto silencioso, también conocido como asfalto sono-reductor, tiene un efecto de reducción de sonido. Durante la producción se mezcla grava de grano grueso con una proporción menor de betún que en el asfalto común, lo cual crea cavidades. Estas cavidades desvían parte de aire entre los neumáticos del auto y la superficie de la carretera, y así, minimizan el sonido. A su vez, los rieles sin ruido de los tranvías tienen un revestimiento de goma, lo que tiene un efecto de aislamiento. La diferencia con los rieles estándar no se puede medir en decibeles. Aun así, como por lo menos se atenúan las vibraciones, existe un efecto positivo para los residentes.

Además de las medidas ya mencionadas, el cambio a la electromovilidad sin dudas ayudará a minimizar el ruido del tráfico. También es importante plantar más árboles y crear espacios verdes. Pueden reducir el ruido ambiente entre cinco y diez decibeles y proporcionar un hogar para pájaros y otros animales, cuyos sonidos evocan emociones positivas. Otra posibilidad es ocultar los sonidos indeseados. Por ejemplo, con una fuente, el chapoteo del agua bloquea el ruido de la calle, y percibimos un ambiente mucho más silencioso de lo que realmente es.

El sonido de la ciudad reimaginado: medidas innovadoras

La reducción del ruido es una tarea importante, pero hay mucho más para hacer. La percepción del ruido es individual, y cierta cantidad de ruido también es parte de la vida en la ciudad. Como consecuencia de la pandemia, algunos neoyorquinos informaron que extrañan el sonido de las bocinas. Mientras las ciudades se ocupan de abordar el problema del ruido, no deberían pasar por alto los efectos positivos de los sonidos individuales. No solo el equipo de investigadores de Chatty Maps usa este abordaje. R. Murray Schafer, investigador del sonido y el padrino de la ecología acústica, ha estado haciendo campaña por el diseño acústico sostenible en los espacios urbanos desde 1977.

Cómo los artistas pueden mejorar los paisajes sonoros urbanos

El diseño del sonido es fundamental: ¿Cómo podemos minimizar el ruido en las ciudades y crear un paisaje sonoro más agradable en general? De acuerdo con Marcel Cobussen, Profesor de Cultura Acústica en la Universidad de Leiden, los planificadores urbanos deberían encargar a artistas del sonido que mejoren la acústica de las ciudades. En el primer paso, los artistas deberían estudiar su entorno acústico, emplear caminatas de sonido, instalaciones o grabaciones del campo. En función de sus hallazgos, pueden desarrollar alternativas en el segundo paso. Pueden amplificar ruidos previamente superpuestos, bloquear ruidos indeseados y agregar nuevos. Por consiguiente, podrían crear un paisaje sonoro urbano equilibrado que sea beneficioso para la salud y el bienestar de los habitantes de la ciudad.

¡Nos toca a nosotros!

Sin duda, las ciudades son responsables en términos de la reducción del ruido para mejorar la calidad de vida. Sin embargo, no debemos olvidar que nosotros también contribuimos con el ruido ambiente en nuestro vecindario, en el trabajo, y durante el tiempo de esparcimiento a nivel individual. ¿Necesitamos usar un soplador de hojas o podemos usar un rastrillo? ¿Realmente necesitamos imprimir cada memorando? ¿Tenemos que usar el auto todos los días o la bicicleta puede ser una mejor opción? Al controlar nuestro comportamiento y al adoptar nuevos hábitos, no solo nos aseguramos una experiencia acústica placentera, muchas actividades ruidosas también hacen daño al clima. Por eso, nuestra batalla contra el ruido es realmente una batalla por el medioambiente, y una batalla por una mejor audición.

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