Conexión sensorial
El impacto de las mascarillas no solo afectará a los hipoacúsicos o a los que tienen dificultades obvias para escuchar. Muchas personas, incluso aquellas que no tienen problemas de audición diagnosticados, pueden verse afectadas por tapar la parte baja del rostro. Después de todo, escuchar y oír son, en cierta medida, lo que significa que lo que oímos con nuestros oídos se relaciona con nuestros otros sentidos. Considera el tradicional experimento de tratar de identificar tipos de comidas con los ojos vendados o con un broche en la nariz, o incluso si estás resfriado o tienes la nariz tapada la comida pierde sus sabores. Reducir el sentido de la vista o del olfato obstaculiza el sentido del gusto: eliminar o minimizar uno de los sentidos disminuye el poder del otro.
Investigaciones han demostrado que lo mismo ocurre con la conexión entre la vista y el sonido, nuestros cerebros amplifican el sonido que emana la fuente en la que estamos concentrados. Incluso las personas con implantes cocleares y audífonos pueden tener dificultad para comprender las palabras en ambientes ruidosos y dependen de las señales faciales y del movimiento de los labios como ayuda. Y, por supuesto, es precisamente en ambientes concurridos y ruidosos que probablemente veamos una mayor incidencia del uso de la mascarilla.
Enmascarar al problema
Entonces, ¿cómo podemos transitar esta nueva normalidad? En un mundo en el que los matices proporcionados por las expresiones faciales ya se vieron afectados, gracias a la dependencia en aumento de la comunicación digital, puede haber aún una consecuencia más en la comprensión cara a cara con la extensión del uso de la mascarilla. Para aquellos que tienen dificultades para oír, en particular, esto tiene un potencial no solo frustrante sino también aislante. Dado que ya hay preocupación sobre cómo el reciente período de “distanciamiento” está afectando a la gente, tanto ahora como a largo plazo, existen miedos comprensibles sobre la extensión en la que esto puede haber afectado – y continúa afectando – a aquellos con dificultades relacionadas con la audición.
Las personas mayores de 70 años no solo están dentro del grupo de mayor riesgo de Covid-19, sino también son los que generalmente se ven afectados por la pérdida auditiva.
Este es un factor adicional para tener en cuenta, pues podremos estar en un escenario clínico, donde el equipo de protección personal y los tapabocas son obligatorios, así mismo estaremos entre personas quienes conscientemente estén tratando de minimizar el riesgo utilizando un equipo de protección.
Claramente, este nuevo estado de cosas necesita un ajuste. A menudo se dice que los ojos son la ventana del alma, pero en esta nueva normalidad, ¿será que también lo son los labios? Las máscaras transparentes con un panel que deje ver la boca son la solución sugerida para hacer que la comunicación sea menos ardua para las personas con dificultad para oír; por ahora, no están tan disponibles como las mascarillas “comunes”, especialmente mientras muchas personas aún cuentan con las mascarillas caseras. Además, para aquellos que utilizan audífonos, opciones como lazos o extensores de mascarilla debieran investigarse para evitar que los lazos detrás de las orejas desplacen a los dispositivos o de otra manera causen una perturbación o irritación.
Pasos simples
Dado que la pérdida auditiva no siempre es evidente para los demás, quienes tengan dificultades para escuchar deberán estar preparados para comunicar su dificultad. Una tarjeta impresa puede ser una opción, quizás con una frase como: "Tengo pérdida auditiva y puede ser que tenga dificultad para comprender cuando se usa mascarilla. Por favor mantenga su mascarilla puesta, pero hable claro y en un volumen ligeramente más alto que el usual".
Para aquellos que utilizan mascarilla y se comunican con una persona con pérdida auditiva, es importante tener presente los siguientes puntos:
- Evita la tentación de quitarte la máscara – eso puede aumentar la ansiedad del oyente.
- Sé paciente y tranquilizador
- Asegúrate de estar de frente a la persona con la que estás hablando
- Mantén el contacto visual y utiliza gestos con las manos, cuando corresponda
- Pregúntale a la persona con dificultad para oír cómo quisieran llevar a cabo la comunicación
- Habla ligeramente más lento y claro que lo normal, pero evita gritar.
- No “menosprecie” a su oyente. Su pérdida auditiva significa que no pueden escuchar claramente; no que no pueden comprender.
- Intenta, cuando sea posible, llevar a cabo conversaciones en un ambiente en el cual el ruido de fondo sea reducido.
- Escribe cuando sea necesario. Si utilizas la función de voz a texto de un teléfono, revisa las palabras de la pantalla antes de mostrárselas a la otra persona, ya que tu teléfono puede haber “oído mal” y se puede causar una confusión.